Justicia para las mujeres, no se ve

Las “influencias” parecen imponerse
Carmen cuenta una historia de violencia

Leticia Jiménez Muñoz

Los actos de violencia hacia as mujeres son una realidad cotidiana que poco a poco traspasan los límites. La violencia es un tema todavía difícil de abordar para muchas debido a la carga de dolor que traen consigo, aún cuando está presente en miles de mujeres chiapanecas y que continuamente las lleva a hospitales, a sufrir en soledad, baja autoestima, tristeza y depresión recurrente.
Se calcula que en México la violencia contra las mujeres es de 67% y el porcentaje en Chiapas es de 56.5% (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, 2006), ellas sufren algún tipo de violencia (física, emocional, sexual, económica) por parte de su pareja, lo que tiene un efecto en la salud física y emocional de las mujeres.
La violencia es la quinta causa de muerte entre las mujeres en México, pues según los datos proporcionados por el Informe Hábitat de la Secretaría de Desarrollo Social, más de cinco mil 200 mujeres pierden la vida cada año a causa de la violencia, por suicidio o accidentes derivados de actos violentos. Cuatro de cada 10 fallecimientos tienen lugar dentro del hogar y tres de cada 10, en las calles. Resalta también que más de medio millón, son amenazadas de muerte por su pareja, de manera recurrente con arma blanca o de fuego.

Caso de la vida real
Mi nombre es Carmen Moreno Ríos, tengo 47 años de edad, oriunda del Municipio de Frontera Comalapa, Chiapas, soy profesora y propietaria de una mueblería, y les voy a contar mi historia.
El día 24 de Enero de 2007, vine a la capital por cuestiones de trabajo, toda vez que salí de mi reunión pase a saludar a mi cuñada –hermana de mi ex pareja- a quien no encontré en su domicilio y decidí esperar a que llegará. Pero ese día acudió al lugar Miguel Ángel Suárez Rodríguez originario de Bochi con quien tuve una relación de siete años.
Esa noche que nos encontramos él me pidió que fuéramos a un motel, sin embargo, yo no accedí pues él y yo habíamos concluidos nuestra relación desde hacía tres meses.
Miguel Ángel insistía e insistía, lo que nos llevó a discutir fuertemente y él empezó a tornarse agresivo, a decirme de cosas y reclamarme porque seguramente tenía a otra persona. Al grado que de las palabras altisonantes paso a forcejearme y luego se soltó a propinarme golpes muy fuertes.
A puño cerrado lanzo de golpes hacia mi cara, y me tumbó al piso en donde me agarró a patadas; me dio de patadas en el vientre y así estuvo hasta que mi chofer intervino mientras corrí y me encerré en uno de las recamarás. La hermana de Miguel Ángel al llegar lo encontró a punto de tumbar la puerta del lugar donde me encerré e inmediatamente lo corrió de la casa.
Fui a parar a un hospital para que me revisaran y resulté con fractura en la nariz, y lesiones graves en todo el cuerpo.

El peregrinar de la denuncia
Al día siguiente me fui a la unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Familiar a denunciar los hechos ocurridos, para levantar un acta administrativa. El agresor nunca se presentó a la instancia, por lo que solicité que eleven de Acta Administrativa a una Averiguación Previa.
Presente testigos, y se suponía que mi chofer cuñada atestiguarían a mi favor, pero a final de cuentas luego ellos se echaron para atrás y terminaron atestiguando a favor de mi agresor –mi ex pareja-, cuenta Carmen.
Miguel presentó un amparo y argumentó que nunca estuvo presente en el lugar de los hechos y hasta dijo que ese día el estaba internado en un hospital; presentó un cerficado médico del Dr. Salvador Centeno Castellanos -candidato a la Presidencia Municipal de Bochil-, asimismo presentó el testimonial de su hermana y de mi chofer –a quien compró-, y presentó a otros testigos falsos.

Indiferencia de autoridades de la MP
“Las propias autoridades fueron quienes en principio me dijeron que este proceso no iba a ser fácil que tardaría años en resolverse... no es posible que sean las propias autoridades quienes nos desalienten cuando nos atrevemos a hacer una denuncia de este tipo”.
El día de ayer acudió al Amate en compañía de su abogada para conocer cómo va el proceso, sin embargo, la fiscal del MP, Juana Vázquez Jiménez y Rosa Guadalupe Díaz se negaban a recibirla argumentando que “no tenían tiempo”. Luego de insistir las recibieron y únicamente les dijeron que el caso “va para largo, esto no se resuelve pronto, tarda muchos años, y además por falta de tiempo no habían podido iniciar el proceso de la averiguación”.
Tremenda sorpresa me volví a llevar, manifiesta Carmen, desde que inicie esta denuncia me he topado con esa respuesta de parte de las autoridades.
En tanto la abogada comenta que ha habido muchas inconsistencias en la manera en cómo han procedido, Mayari Briones subraya que las autoridades desconocen el marco legal porque no han procedido tal y como lo estipulan las leyes, de hecho, las autoridades tardaron dos meses en dar el dictamen médico –fue más de lo que se deben de tardar-.
Las lesiones de Carmen “fueron lesiones graves, hubieron huellas visibles que el propio medico así lo indicó, lo cual hace que el delito sea grave y que el agresor no alcance fianza” sin embargo para las autoridades no ha sido suficiente.

De las pruebas que ella tiene
Esta un dictamen médico de la Fiscalía General del Estado, que señala que presenta mancha verdusca localizada en párpado superior del ojo izquierdo, mancha verdusca localizada en pómulo izquierdo, edema moderado y excoriación dermoepidermida en la región nasal, mancha verdusca localizada en región posterior de tórax a nivel dorsal, equimosis múltiples en ambos brazos. En una placa radiológica se aprecia fractura en el tabique nasal.
De esta manera al ser el agresor de Carmen, un hombre con influencias hasta el momento, a casi cinco meses de haber sido Carmen severamente maltratada , las leyes a favor de las mujeres no le hacen justicia, “hay vacíos en la aplicación de la ley”. Los costos de la violencia contra las mujeres son altos, pero las posibilidades de eliminarla convocan a la suma de esfuerzo de todos y todas las que aspiramos a un mayor bienestar, equidad de género, justicia e igualdad. ¿Hasta cuando?