*Día conmemorativo en honor a mujeres textileras que murieron calcinadas al abogar por sus derechos
Por: Leticia Jiménez Muñoz
El 8 de marzo de año de 1907, un grupo de obreras textileras en Nueva York tomaron la fábrica donde trabajaban, para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo. Los patrones se enojaron y cerraron con candados la industria y le prendieron fuego, hecho en el que 129 mujeres murieron calcinas.
Para el año de 1977 la ONU declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en memoria a este acontecimiento, y como un reconocimiento a estas obreras pero para que fuera ocasión para reflexionar sobre el papel de la mujer en todos los espacios, sus problemáticas, aciertos, avances y retrocesos.
A 102 años de este hecho, hoy exhortamos a que retomemos el verdadero sentido del 8 de marzo, pues en los últimos años, lamentablemente de manera vergonzosa en los medios de comunicación habidos y por haber, le han dado otro sentido al Día Internacional de la Mujer, como un día para regalar flores, chocolates, tarjetas y abrazos como cualquier festejo de día de madres o de la amistad, cuando en realidad no tenemos mucho que festejar:
En Chiapas según el INEGI de acuerdo a los datos revelados en la encuesta ENDIREH, el 48% de población de mujeres de 15 años y más, padecen violencia familiar por parte de su pareja o de otras personas, en espacios comunitarios, en el trabajo o en la escuela.
Asimismo de cada 100 mujeres de 15 y más años 18 han sido objeto de violencia en espacios comunitarios o públicos. De cada 100 mujeres que trabajan, 24 han experimentado algún incidente de violencia en el ámbito laboral.
En promedio al mes mueren 8 mujeres por violencia; 7 por homicidios y una por suicidio. Las muertes intencionales presentan un comportamiento diferencial de acuerdo a la edad de la mujer; ya que son mujeres en edad reproductiva las que registran mayor número de sucesos. Mientras que los suicidios tienen su mayor incidencia entre las jóvenes adolescentes de 15 a 19 años.
En lo que respecta al tema de educación, continuamos viendo que la presencia de la población masculina es mayor respecto a la femenina, ya que 27 de cada 100 hombres asisten a algún centro de enseñanza escolar por 23 de cada 100 mujeres, revela el INEGI.
La mayor diferencia entre las tasas de asistencia de hombres y mujeres ocurre a los 21 años, donde 23% de los hombres y 18.3% de las mujeres asisten a la escuela, con ello podemos notar una tendencia a la baja en el porcentaje de las mujeres muy marcada, pues a esta edad las pocas mujeres que tuvieron oportunidad escolar tuvieron que truncar sus estudios por diversas razones embarazo, falta de recursos, se casaron, por mencionar alguno.
Cabe mencionar que en la entidad, en lo que refiere a rezago educativo en educación básica existe un 53.6% de rezago educativo en las mujeres, mientras que en hombres es de 46.9%. El analfabetismo en mujeres jóvenes es de 12.4% mientras que en hombres es de 7.6%.
Los datos antes mencionados son sólo una muestra de las inequidades que aún prevalecen, con los que año con año se tiene que dar batalla para que hombres y mujeres podamos caminar, sin opresión, caminar hacia la igualdad de oportunidades que todas merecemos para poder tener voz y voto en el entorno que nos rodea, para lograr un bienestar en lo personal, en lo familiar, como pareja, como comunidad.
Que este 8 de marzo, los festejos tontos de los otros, no minimice el acontecimiento y sentido verdadero de lo que es la Conmemoración de un año más del Día Internacional de las Mujeres.
Para el año de 1977 la ONU declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en memoria a este acontecimiento, y como un reconocimiento a estas obreras pero para que fuera ocasión para reflexionar sobre el papel de la mujer en todos los espacios, sus problemáticas, aciertos, avances y retrocesos.
A 102 años de este hecho, hoy exhortamos a que retomemos el verdadero sentido del 8 de marzo, pues en los últimos años, lamentablemente de manera vergonzosa en los medios de comunicación habidos y por haber, le han dado otro sentido al Día Internacional de la Mujer, como un día para regalar flores, chocolates, tarjetas y abrazos como cualquier festejo de día de madres o de la amistad, cuando en realidad no tenemos mucho que festejar:
En Chiapas según el INEGI de acuerdo a los datos revelados en la encuesta ENDIREH, el 48% de población de mujeres de 15 años y más, padecen violencia familiar por parte de su pareja o de otras personas, en espacios comunitarios, en el trabajo o en la escuela.
Asimismo de cada 100 mujeres de 15 y más años 18 han sido objeto de violencia en espacios comunitarios o públicos. De cada 100 mujeres que trabajan, 24 han experimentado algún incidente de violencia en el ámbito laboral.
En promedio al mes mueren 8 mujeres por violencia; 7 por homicidios y una por suicidio. Las muertes intencionales presentan un comportamiento diferencial de acuerdo a la edad de la mujer; ya que son mujeres en edad reproductiva las que registran mayor número de sucesos. Mientras que los suicidios tienen su mayor incidencia entre las jóvenes adolescentes de 15 a 19 años.
En lo que respecta al tema de educación, continuamos viendo que la presencia de la población masculina es mayor respecto a la femenina, ya que 27 de cada 100 hombres asisten a algún centro de enseñanza escolar por 23 de cada 100 mujeres, revela el INEGI.
La mayor diferencia entre las tasas de asistencia de hombres y mujeres ocurre a los 21 años, donde 23% de los hombres y 18.3% de las mujeres asisten a la escuela, con ello podemos notar una tendencia a la baja en el porcentaje de las mujeres muy marcada, pues a esta edad las pocas mujeres que tuvieron oportunidad escolar tuvieron que truncar sus estudios por diversas razones embarazo, falta de recursos, se casaron, por mencionar alguno.
Cabe mencionar que en la entidad, en lo que refiere a rezago educativo en educación básica existe un 53.6% de rezago educativo en las mujeres, mientras que en hombres es de 46.9%. El analfabetismo en mujeres jóvenes es de 12.4% mientras que en hombres es de 7.6%.
Los datos antes mencionados son sólo una muestra de las inequidades que aún prevalecen, con los que año con año se tiene que dar batalla para que hombres y mujeres podamos caminar, sin opresión, caminar hacia la igualdad de oportunidades que todas merecemos para poder tener voz y voto en el entorno que nos rodea, para lograr un bienestar en lo personal, en lo familiar, como pareja, como comunidad.
Que este 8 de marzo, los festejos tontos de los otros, no minimice el acontecimiento y sentido verdadero de lo que es la Conmemoración de un año más del Día Internacional de las Mujeres.
