• 42 por ciento de mujeres chiapanecas ha sufrido violencia según ENDIREH
• No hay capacidad para recibir a las familias que requieren el apoyo
Por: Leticia Jiménez Muñoz
En Chiapas existen sólo tres refugios para albergar a mujeres, junto con sus hijas e hijos, en situación de violencia de género y en muchos casos de emergencia extrema; sin embargo, no cuentan con la capacidad suficiente para atender los casos que se registran de manera recurrente.
María Teresa Olvera Caballero, integrante de Asesoría, Capacitación y Asistencia en Salud (ACAS, A.C.), señaló en entrevista, que estos tres refugios son insuficientes para una población chiapaneca en la que según la encuesta de las dinámica de las relaciones de los hogares 2006, el 42 por ciento de las mujeres ha vivido un incidente de violencia, por lo que muchas de ellas tienen la necesidad de salir de su casa para ser protegidas en algún lugar.
De acuerdo con INEGI, en Chiapas 4.5 millones conforman la población total, del cual el 50.9% son mujeres y el 49.1% hombres; lo anterior significa que hay 96 hombres por cada 100 mujeres.
Señaló que los albergues siempre están saturados y la resolución de los refugios de sociedad civil es limitada, quienes no tienen capacidad para recibir a todas las mujeres con hijos/as que acuden en busca de ayuda. Al menos dos de los refugios son operados por la sociedad civil, quienes reciben de manera anual recurso federal para poder subsistir; los cuales se vuelven insuficientes.
Desafortunadamente no es posible satisfacer esa demanda, una de las desventajas de los refugios de gobierno del estado, dijo, es que a las mujeres ahí sí las reciben, pero tienen que tener una averiguación previa y muchas veces las mujeres lo que quieren es salir de casa y resguardarse junto con sus hijos/as, en primer instancia.
Para Olvera Caballero, las mujeres que viven violencia extrema, debido a su situación emocional no están en condiciones ni preparadas para acudir en ese momento a levantar denuncia ante el ministerio público. Por ello, hizo hincapié en la necesidad de construir más refugios que trabajen con metodología integral, poner en el centro a la mujer como ciudadana con derechos y que trabajen por la solución de sus casos. No es suficiente que ellas vayan al refugio, sino que al mismo tiempo avancen sus procesos y se dé el castigo a sus agresores, es decir, que se les haga justicia a sus casos y cumplan con la Ley las autoridades.
Zonas Fronteriza, Norte y Selva; con mayores casos de violencia de género
Según el mapeo que realizó la investigación de la Cámara de Diputados para los Feminicidios, en Chiapas se presentan mayor número de casos de violencia en los municipios de las zonas: Fronteriza, como Tapachula y Ciudad Hidalgo, así como otros municipios de la frontera con Guatemala; y en la zona Norte, los municipios de Bochil, Simojovel, Jitotol, Pueblo Nuevo, son focalizados con alta violencia de género, aunque poco oímos hablar de ellos. En la zona de la Selva, existen más casos en Santo Domingo, Benemérito de las América, en donde este año se dieron al menos tres casos de femenicidios.
Sin embargo, en las zonas indígenas no existe la cultura de la denuncia. Por ello, se cuentan con registros de que está población es la que menos sufre violencia, pero se debe a que las mujeres indígenas no acuden a denunciar, muchos casos no tienen proyectado que tienen derecho a vivir libres de violencia. A diferencia de quienes viven en ciudades y cuentan con mayor información, ellas sí han tomado la iniciativa de ir a las instancias a poner su denuncia, lo que arroja como resultado que en este sector se haya incrementado el número de denuncias. Pero estamos seguras de que hay muchos casos sin denunciar, muchas mujeres que no rompen con el silencio, dijo.
"Los agresores de sus parejas raramente son arrestados. Al no existir otras medidas alternativas concentradas en ellos, el refugio se convierte en una opción que salva vidas” Foto: Leticia Jiménez. |
Hoy día existen instrumentos jurídicos tanto internacionales como estatales que las protegen, por lo que Olvera Caballero, exhortó a las mujeres a que busquen una salida a cualquier tipo de violencia, emocional, económica, laboral, comunitaria, familiar, sexual o violación de los derechos reproductivos. Es un derecho y hay que exigir que se les haga justicia, si encuentran obstáculos sigamos insistiendo porque si estas instituciones –ministerios públicos o fiscalías- no están funcionando, tenemos que hacer que cambien. Finalmente, reiteró que el papel como ciudadanos y ciudadanos es hacer que las autoridades cumplan con su deber, que consideremos que somos ciudadanas de primera y que tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia.