Doña Margarita. Foto: Letty Jiménez |
Publicación y Fotos: LCC Leticia Jiménez Muñoz
Gardenias, jazmines, violetas, se entremezclan con otros olores aromáticos que son percibidos al entrar al negocio de doña Margarita Morgan López, quien es una artesana reconocida por su laborioso y delicado trabajo de hacer velas decorativas. En el exhibidor se aprecian todo una gama de diseños y llaman la atención del cliente, quien se pregunta ¿esto también es una vela? Pues a simple vista parecen objetos de porcelana, pero no, son velas delicadamente modeladas y coloreadas con mimo y paciencia.
Una escultural vela, que no te atreverìas a prender. |
Tras dar un rápido recorrido por el local, nos instalamos y comienza a contarnos que desde muy joven tuvo el gusto por la decoración. Ella es originaria de Veracruz, llega a Teopisca, Chiapas hace 39 años luego de contraer matrimonio con José Ezequiel Cabrera; desde hace diez años ante las necesidades de generar ingresos para sacar adelante su hogar y hallar un oficio que le permitieran a ambos “ser útiles” a la sociedad al llegar a la tercera edad, nace la idea de poner un negocio propio el cual llamaron CAMOR.
La elaboración de velas aromáticas artesanales es su principal producción, aunque también realiza centros de mesa, recuerdos para eventos especiales, vitrales entre otros. Su pasión por la decoración ha sembrado frutos y le ha valido el reconocimiento de quienes adquieren su obra, por sus originales piezas que varían en forma, colores, olores y tamaños.
Doña Margarita, como es conocida en el pueblo, cuenta que siempre le ha llamado la atención las artesanías y de joven cuando vivió en la ciudad de México tuvo la oportunidad de aprender a trabajar la marquetería, el polyester, el vitral artesanal, el repujado y la elaboración de velas, siendo ésta su principal actividad. También estudió decoración y tomó cuatro cursos en donde aprendió diversas técnicas que le han servido para realizar sus innovadores diseños en velas, ya que es en éstas donde mayor pasión encontró y donde más ha forjado sus anhelos para consolidar su empresa.
Sus manos portan un don que van moldeando lo que su imaginación le dicta para dar forma a cada una de las velas que seguramente decora un rincón de cientos de hogares… son diseños completamente extraordinarios, la gente ha quedado sorprendida al ver el tipo de trabajo que realiza ya que las velas se asemejan a una pieza de cerámica o porcelana.
“Atrévete a prender la vela” es el slogan de su empresa, la cual tiene mucho de cierto pues quien tiene una vela de este tipo en casa, difícilmente querrán encender la parafina, aún sin prenderla también resulta un deleite el aroma que desprende, para el cual cuenta con una amplia gama de olores que según el gusto de la gente puede realizar.
El tiempo que le toma elaborarlas depende del tamaño de cada pieza y lo complicado que ésta sea, ya que ella misma se encarga de hacer los moldes de las figuras, a la fecha cuenta con más de 300 diseños.
“Anteriormente yo compraba los moldes pero representaba una fuerte inversión, entonces aprendí a elaborarlos y ahora puedo hacer cualquier diseño que me pidan… me inspiro cuando le pido a mi señor que me ayuda a hacer un trabajo hermoso, que bendiga la obra de mis manos. Procuro hacerlo muy bien para que la vela que muchas veces son para obsequios sea del total agrado de la persona”, explica.
La figura que más elabora es el de ángeles y también de animales (búho, osos, gatos, ranitas, etc.), ya que son los más solicitados por la clientela. Cuida todos los detalles para que el cliente quede satisfecho y vuelva a comprarle.
Mientras nos enseña toda la variedad que existe, nos comenta acerca de sus éxitos, “gracias a Dios tengo varios –ríe-, aunque son por temporada, mis piezas son toda una atracción para la gente; en la que más venta realizo es en la época navideña pues los muñecos de nieve, santa Claus, árbol de navidad, ositos entre otros son los más requeridos”.
Asimismo, en los meses de febrero, mayo y junio, temporada de san Valentín, día de las madres y graduaciones, respectivamente, también son fechas en las que mayor trabajo tiene.
Sus principales comprador@s son las amistades y gente que visita el municipio, de igual forma ya tiene clientes en el extranjero -aunque esporádicamente- le solicitan sus productos desde Alemania, Francia y Estados unidos.
Su mayor anhelo es ver convertida a CAMOR en un gran negocio que además pueda generar empleos; sin embargo, no ha sido una tarea fácil lograr una amplia comercialización. Desde unos meses atrás realizó los trámites para obtener el código de barras y está en proceso su registro de marca, con la finalidad de poder expandir el negocio de velas.
“Me interesa tener un buen mercado. Quiero tener una gran empresa, apoyar a más gente con empleo y que mi producto se vea en muchos lados”.
A pesar del buen trabajo artesanal y que ha sido del agrado de muchos, afirma que no ha sido suficiente para subsistir porque no hay una venta constante. La inversión queda parada mucho tiempo y por esa razón anda en busca de opciones de comercialización y dar a conocer su trabajo.
Doña Margarita ha sabido librar los obstáculos y las pruebas de la vida, por lo que considera que luchar por sus sueños es lo más importante para consolidarlos, como mujer ha sabido enfrentar grandes desafíos, tanto dificultades económicas como situaciones familiares que lejos de derrocarla la han fortalecido, como la pérdida de sus dos hijos varones quienes fallecieron de pequeños -a quienes recuerda con mucho amor- y que dice ahora son sus ángeles que la cuidan siempre.
Su hija llamada Karina, licenciada en Lenguas, es quien también la apoya económicamente, y junto con la pensión de su esposo obtiene los recursos para invertir en materia prima y sacar adelante el negocio.
“Dios no me dejo cantidad de hijos pero si calidad, mi hija ahora es mi brazo derecho, mi mejor bendición… tengo una hermosa familia y juntos salimos adelante”.
Para doña Margarita, la pasión por las velas, afirma, es porque siempre queremos una luz hermosa, y cuando hay un diseño bonito adornando nuestro espacio nos brinda armonía, además que con el aroma especial de las velas sentimos relajamiento y tranquilidad.
Para finalizar, envía un mensaje a todas las mujeres: “yo les invito a que siempre tengan ánimos y puedan desarrollar sus dones, Dios nos ha dado muchos y podemos desarrollarlos así como aplicarlos a nuestra vida; es un medio para obtener algo para poder sobrevivir, sobre todo cuando llega uno a determinada edad y que cree que por la edad ya no podemos hacer más, cuento con 66 años y me siento tan fuerte para poder emprender una gran empresa, por lo que seguiré luchando hasta crecer”.
*Publicado en Revista "Ni Más Ni Menos Mujeres"