EN PLENO SIGLO XXI MUJERES SUFREN DE ESCLAVITUD!!!
Por: Leticia Jiménez Muñoz
Es una verdadera lástima que siga existiendo en pleno siglo XXI, la ESCLAVITUD, cuando todos creíamos que ésta había sido abolida, en esta mañana al hacer mi monitoreo en medios, me topo con una nota que pone el dedo en la llaga una vez más, sí, no es un secreto que mujeres indígenas sean compradas para explotarlas, en el mejor de los casos para el trabajo doméstico de las familias millonarias, como lo alertó el INMUJERES.
Estas mujeres provenientes de las comunidades de mi bello Chiapas, donde contamos con una alta población indígena, ellas son sometidas a largas jornadas de trabajo doméstico, sin condiciones mínimas laborales y establecidas por la ley, dice una nota que leí en el Milenio.
Ellas continúan siendo presas de injusticias, que se dejan pasar y nos preguntamos ¿QUÉ ESTÁN HACIENDO LAS AUTORIDADES?, sí ellos que pregonan con altavoces que en Chiapas existe una Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia Contra las Mujeres (LGAVLVCM), que…tú mujer tienes derechos y hazlo valer a través de la denuncia; dónde están pues los derechos de estas mujeres quienes son discriminadas por ser mujer, por ser analfabetas y por ser indígena.
El trabajo doméstico, como tal no son reconocidas, de ahí que sean objeto de explotación laboral y discriminación. Muchas de ellas también son jóvenes y niñas quienes son presa fácil para sufrir violencia sexual o caer en redes de explotación sexual, pero estas mujeres lamentablemente están bajo una sombra, ahí donde las autoridades saben que se cuecen habas, pero ahí si que no mueven ni un dedo y pasan por alto las miradas; se quedan esos papelitos –iniciativas, pues- en el escritorio, esos que en la práctica, en los HECHOS nomás no vemos claro y son sólo buenas intenciones, letras muertas.
Bien lo decía mi querida amiga Laura Macal luchadora social y abogada de profesión, a quien hoy extraño su presencia y recuerdo con profunda admiración a cinco meses de partida, “amiguita la Ley deja mucho que desear” al referirse a la Ley contra la Violencia hacia las mujeres; (aunque de las otras leyes no cantan mal las rancheras). Dicha ley fue aprobada en septiembre de 2007 y sí las denuncias han proliferado, pero cuántas en realidad viven libre de violencia, y cuántas carpetas están ahí sin poder resolverse, pues las autoridades no dan a conocer esas cifras reales a la opinión pública, es más ¿Qué pasó con el observatorio ciudadano?
En esa plática, donde nos tomamos un cafecito, me habló también de la urgente necesidad de hacer modificaciones al Código Penal del Estado “porque el sistema de procuración de justicia sigue contando con graves deficiencias que mantienen a las mujeres en desventaja al momento de ser juzgadas o de exigir justicia”.
Y es que hoy día, en nuestro Código Penal seguimos contando con el delito de estupro y pone en desventaja a la mujer que es agredida por violación sexual y lamentablemente cuando un hombre se vale del engaño para robarse a una mujer o abusar sexualmente de ella, éste se puede librar de cualquier responsabilidad delictiva con el sólo hecho de que acepte casarse con su víctima.
A unos días del 8 de marzo, sí claro, algunos ya están programando encuentros y reuniones para apapachar a las mujeres, en el mejor de los casos para difundir información sobre los derechos; pero realmente, las que están en estos momentos sufriendo una serie de maltratos y de abusos, como el del que hoy referimos ‘las trabajadoras domésticas que viven como esclavas’, a ellas, ¿qué autoridad tomará en cuenta su caso? ¿Quién les da seguimiento?, ¿Hay interés en fijar un verdadero cambio?
Por: Leticia Jiménez Muñoz
Es una verdadera lástima que siga existiendo en pleno siglo XXI, la ESCLAVITUD, cuando todos creíamos que ésta había sido abolida, en esta mañana al hacer mi monitoreo en medios, me topo con una nota que pone el dedo en la llaga una vez más, sí, no es un secreto que mujeres indígenas sean compradas para explotarlas, en el mejor de los casos para el trabajo doméstico de las familias millonarias, como lo alertó el INMUJERES.
Estas mujeres provenientes de las comunidades de mi bello Chiapas, donde contamos con una alta población indígena, ellas son sometidas a largas jornadas de trabajo doméstico, sin condiciones mínimas laborales y establecidas por la ley, dice una nota que leí en el Milenio.
Ellas continúan siendo presas de injusticias, que se dejan pasar y nos preguntamos ¿QUÉ ESTÁN HACIENDO LAS AUTORIDADES?, sí ellos que pregonan con altavoces que en Chiapas existe una Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia Contra las Mujeres (LGAVLVCM), que…tú mujer tienes derechos y hazlo valer a través de la denuncia; dónde están pues los derechos de estas mujeres quienes son discriminadas por ser mujer, por ser analfabetas y por ser indígena.
El trabajo doméstico, como tal no son reconocidas, de ahí que sean objeto de explotación laboral y discriminación. Muchas de ellas también son jóvenes y niñas quienes son presa fácil para sufrir violencia sexual o caer en redes de explotación sexual, pero estas mujeres lamentablemente están bajo una sombra, ahí donde las autoridades saben que se cuecen habas, pero ahí si que no mueven ni un dedo y pasan por alto las miradas; se quedan esos papelitos –iniciativas, pues- en el escritorio, esos que en la práctica, en los HECHOS nomás no vemos claro y son sólo buenas intenciones, letras muertas.
Bien lo decía mi querida amiga Laura Macal luchadora social y abogada de profesión, a quien hoy extraño su presencia y recuerdo con profunda admiración a cinco meses de partida, “amiguita la Ley deja mucho que desear” al referirse a la Ley contra la Violencia hacia las mujeres; (aunque de las otras leyes no cantan mal las rancheras). Dicha ley fue aprobada en septiembre de 2007 y sí las denuncias han proliferado, pero cuántas en realidad viven libre de violencia, y cuántas carpetas están ahí sin poder resolverse, pues las autoridades no dan a conocer esas cifras reales a la opinión pública, es más ¿Qué pasó con el observatorio ciudadano?
En esa plática, donde nos tomamos un cafecito, me habló también de la urgente necesidad de hacer modificaciones al Código Penal del Estado “porque el sistema de procuración de justicia sigue contando con graves deficiencias que mantienen a las mujeres en desventaja al momento de ser juzgadas o de exigir justicia”.
Y es que hoy día, en nuestro Código Penal seguimos contando con el delito de estupro y pone en desventaja a la mujer que es agredida por violación sexual y lamentablemente cuando un hombre se vale del engaño para robarse a una mujer o abusar sexualmente de ella, éste se puede librar de cualquier responsabilidad delictiva con el sólo hecho de que acepte casarse con su víctima.
A unos días del 8 de marzo, sí claro, algunos ya están programando encuentros y reuniones para apapachar a las mujeres, en el mejor de los casos para difundir información sobre los derechos; pero realmente, las que están en estos momentos sufriendo una serie de maltratos y de abusos, como el del que hoy referimos ‘las trabajadoras domésticas que viven como esclavas’, a ellas, ¿qué autoridad tomará en cuenta su caso? ¿Quién les da seguimiento?, ¿Hay interés en fijar un verdadero cambio?
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